Ocho millones de robots caminan por las calles, pero esto no es ciencia ficción. Es la ciudad de Nueva York, de arriba a abajo, desde un sótano en el último gueto de Brookyln hasta las nubes sobre un ático de lujo en Park Avenua. Estos robots viven todo tipo de sensaciones, desde la agonía al éxtasis, mientras buscan amor, sexo o suficiente cambio para acabar el día.