Uno para todos Hace cuatro siglos que Athos vaga por las tabernas de París. Vive en sus sueños, en el mito que ha construido en torno a sí y sus tres antiguos compañeros. Pero la inmortalidad puede ser un castigo cuando los vapores del alcohol se disipan y emerge la amarga realidad. Athos ya no es el héroe que fue y el mundo de hoy pasa de los héroes. El honor, la gloria y sobre todo la amistad, todo lo que daba sentido a su vida, lo perdió hace tiempo… Con una sobriedad impropia de Alejandro Dumas, Jason nos ofrece una hermosa conclusión a un clásico como Los tres mosqueteros. Una aventura en la que se mezclan las
películas de capa y espada con la ciencia ficción al más puro estilo Flash Gordon. El sentido de la elipsis perfectamente dominado por Jason, tanto en las escenas dramáticas como en las grotescas, es una muestra del genio de este autor al que no se puede disociar de la obra de Buster Keaton, figura ineludible del cine mudo, con quién Jason comparte su universo melancólico.