Este libro nos arrastra como un torbellino, introduciéndonos en un momento de la historia que parece lejano, una época que nos gusta describir insulsa y nebulosamente como "la hora cero": Europa, en los años en que la gente vivía en agujeros y entre los escombros, un tiempo en que nadie era capaz de imaginar un futuro para el continente. El aspecto de nuestro continente al final de la II Guerra Mundial es algo que no se pueden imaginar los que han nacido después, ninguna novela es capaz de reproducir lo inimaginable de aquellos años. Las imágenes más nítidas las han proporcionado los autores que siguieron a los ejércitos de los Aliados, los mejores reporteros de América, y más tarde los neutrales, "outsiders" que procedían de países no afectados por la guerra y no daban crédito a sus ojos.