Guerra. Un soldado alemán en la Gran Guerra (1914-1918), por primera vez traducido de forma íntegra al español, no es un relato autobiográfico, y pese a no ser un libro de carácter pacifista, de denuncia de la guerra, ni plenamente antimilitarista -aunque al final tenga algo de todo ello-, entronca con obras como El sargento Grischa, de Arnold Zweig, Los que teníamos doce años, de Ernst Glaeser, o Sin novedad en el frente, de Erich Maria Remarque. Un relato desapasionado, incluso ponderado, de un soldado patriota y disciplinado que describe con minuciosidad, más que los acontecimientos en los que participa -las batallas del Marne, del Mosa o del Somme–, la absurda cotidianeidad de la guerra.