Si por algo es conocido Julio Camba es justamente por su faceta de cronista viajero, por haber descollado en un género cultivado por escritores de la talla de Azorín, Josep Pla, César González-Ruano, Rubén Darío o Enrique Gómez Carrillo. Como pone de manifiesto esta antología -creada ex novo por Francisco Fuster bajo el título de Crónicas de viaje-, Camba no ejerció nunca como el turista que visita los lugares de interés recomendados por las guías.