Soledad frente a la vehemente certeza estratégica de las políticas, so ledad frente a una tradición que ha perdido toda consistente fiabilida d, soledad frente a la pretensión excluyente del saber institucional 133;; el ejercicio de la filosofía encuentra hoy incrementada su exige ncia -al igual que su compromiso. Debe en consecuencia, hoy más que nu nca, aferrarse al carácter natal de su condición, condición que descub re en sí mismo a la vez que en la realidad de que hace objeto. Debe ll evar a cabo su tarea como si ello tuviese lugar por primera vez, mirar el mundo como si éste se le apareciera por primera vez. Sólo del abis mo del que brota este inicio - el abismo de la inagotable originalidad de lo natal- habrá de extraer las fuerzas para sobreponerse a toda de sfiguradota manipulación, para poder crecer en el dominio luminoso de su auténtica soledad: la que va y vuelve infatigablemente del sentido del nacimiento al nacimiento del sentido, la que se nutre de la única soledad inquietante