Virgilio Leret goza del dramático honor de haber sido el primer ejecut ado por los militares golpistas que se levantaron en África el 17 de j ulio de 1936. Estaba entonces al mando de la base de hidroaviones de E l Atalayón, en las inmediaciones de Melilla, cuando fue atacada por lo s sublevados. Leret la defendió. Hecho prisionero, fue fusilado el 23 de julio de 1936.Pero Leret no fue solo un oficial ejemplar, leal a la República, de talante progresista y carácter abierto y familiar: adem ás de escribir novelas, que firmaba con el pseudónimo "El Caballero de l Azul", también fue el inventor del primer motor a reacción, un avanc e que después revolucionaría la aeronáutica y que él no pudo desarroll ar, pues estaba a punto de hacerlo -su motor había interesado al propi o Azaña- cuando se produjo el golpe de estado. Su ejecución dio al tra ste con el proyecto, aunque su esposa logró conservar los planos y hac erlos llegar al gobierno inglés; a partir de ahí se perdió su rastro, si bien no puede ignorarse que Gran Bretaña logró el motor a reacción en 1941. Tal vez los planos de Leret ayudaron a ello.Tras el fusilamie nto de Leret su esposa Carlota O'Neill, que había desarrollado su tray ectoria feminista como dramaturga y como directora del periódico Nosot ras, fue detenida y separada de sus hijas, Carlota y Mariela. Fue juzg ada por un tribunal militar dieciocho meses después de su detención y condenada a seis años de prisión, por saber ruso, por subversiva y por su responsabilidad en los actos de su marido. Finalmente, al salir de la cárcel, la esposa y las hijas de Leret consiguieron partir hacia s u exilio.