La poesía de Pérez Walias aúna el impulso narrativo y la representación simbólica, la construcción de un yo lírico coherente y la fulguración de lo incontrolado, el vislumbre de lo anómalo, o incluso de lo imposible. El cincelado metafórico atraviesa los poemas sin privarlos de su enjundia figurativa, pero repujándolos con una intensidad infrecuente. Si algo caracteriza su propuesta es la busca de una dicción sosegadamente desgarradora, que renueve la vida pronunciándola otra vez, con más vigor, con más inocencia, que impacte en la sensibilidad y en el ánimo del lector. Otrora es un diorama del mundo, el óleo panorámico de un orbe que no deja de ramificarse.