A partir de su experiencia en la práctica analítica con analizantes neuróticos y "borderlines", y también con niños, César y Sara Botella denuncian el carácter limitado de una doctrina analítica reducida a la teoría de la representación psíquica, y desarrollan en esta obra una concepción ampliada y original del trabajo psíquico que toma en consideración las deficiencias de los sistemas representacionales. El funcionamiento psíquico es visto así como una "dinámica representación-percepción-alucinación", dinámica en frágil equilibrio a causa de la constante presión de lo alucinatorio. Este último, elevado por los autores al rango de concepto psicoanalítico, es caracterizado como una tendencia espontánea y permanente de la actividad del inconsciente.
En cuanto a la práctica psicoanalítica, en la obra se propone la novedosa noción de trabajo de "figurabilidad del analista", medio de acceso por excelencia a ese más allá de la huella mnémica que es la memoria sin recuerdo y vía imposible de sortear si se quiere revelar lo que todo trauma infantil tiene de irrepresentable (lo negativo del trauma).
El «trabajo de figurabilidad» del analista, que es su «primera tarea» y cuyo efecto propio es homologable al de la pesadilla, crea-encuentra una figura, una representación adecuada capaz de hacer inteligible al analizante lo que, marcado por una «memoria sin recuerdo», era pura manifestación traumática, con la angustia resultante.
Interesantes casos clínicos ilustran adecuadamente las singulares tesis expuestas en este libro.