En apariencia es un juego con rigles, una ruidosa partida de caza... pero si pones atención oirás el ronco gruñido bajo los saludos, verás los dientes afilados tras las sonrisas, notarás el tacto de garras en las manos que se estrechan con gesto amable.
La cacería pone en juego las pasiones. Celos, remordimientos, dudas, ambiciones y odios que se entrelazan para crear una trama de sangre y muerte, juego macabro en el que todos apuestan más que la propia vida.