La finalidad de la educación del consumidor no es convertir a los estudiantes en hábiles compradores, sino conseguir ciudadanos coherentes que reflexionan seriamente sobre las decisiones que toman y sobre las consecuencias de sus actos de consumo en ellos mismos, en otras personas y en su entorno social y natural. Ciertamente, preparar a nuestros hijos para no ser esclavos de nada constituye un reto necesario y complejo que debe abordarse desde todos los ámbitos porque el consumismo impone un gran estrés en las relaciones, sufren desorientación y entienden la libertad como experimentar de todo o tener de todo. Indudablemente, los jóvenes de hoy cuentan con grandes virtudes y son particularmente receptivos a los mensajes positivos de quienes velan por su crecimiento físico, afectivo e intelectual, pero constituyen, quizás, el sector de la población más vulnerable ante la sociedad de mercado. Salvador Berlanga examina el papel que debe asumir la escuela para actuar en este nuevo escenario de carácter planetario. Para ello, se muestra la necesidad de ampliar el concepto de educación para la responsabilidad desde múltiples enfoques (social, económico, ecológico, ético, cultural y emocional). Contenidos: Introducción Sobre el concepto de consumo en una sociedad global Perspectivas actuales del consumo Los discursos de la educación del consumidor La educación del consumidor en un mundo globalizado Políticas para la educación del consumidor en la Unión Europea Instituciones para la educación del consumidor en España La práctica de la educación del consumidor en España Los silencios de la educación del consumidor Implicaciones para la práctica. Orientaciones al profesorado y a las familias Bibliografía Anexos documentales