Muy lejos... en el mundo de Demetria, una serie de explosiones destrozó la corteza planetaria y arrojó rocas gigantescas a los cielos. No volvieron a descender. Colonos procedentes de la superficie se instalaron en estas islas, que se mantenían suspendidas en el aire merced a la presencia de cierto mineral. Construyeron barcos flotantes para desplazarse entre ellas. Una de las islas se llama Meridian, hogar de un pueblo de armadores de barcos, así como de Sephie, una muchacha de 16 años, hija del ministro Turos, su gobernante.
La han criado para que algún día pueda hacerse cargo del gobierno de Meridian.
Un día, Llahn, tío de Sephie y ministro de la vecina isla de Cadador, acude a Meridian para reunirse con su hermano Turos. Inesperadamente, una extraña luz los enguye a ambos y les deja unos misteriosos signos sobre el cuerpo. Turos no sobrevive a la experiencia; muere de un ataque al corazón. Sephie descubre que el desconcertante signo ha pasado a su propio cuerpo.
Al descubrir que su signo le confiere poder, Llahn ordena en secreto un ataque mortal contra Sephie y se presenta a tiempo para "salvarla". Después de dar muerte al asesino, le dice a Sephie que no puede confiar en nadie y se la lleva a Cadador.
A la mañana siguiente, los soldados invaden Meridian y los amigos de Sephie desaparecen por los túneles de "camino central", que les conduce a una cueva secreta desde donde piensan escapar de Meridian. Mientras tanto, Sephie, en su primer día en Cadador, aprende las sutilezas del arte de la política tal como lo practica su tío. Aparece la misteriosa musa de Giatan, quien ofrece enigmática información acerca de los signos y de cierto retrato que Llahn lleva sobre el cuerpo... un retrato de la madre de Sephie. También hace saber a Llahn que lo que busca en Sephie lo hayará en otra persona que "parece su opuesto, más se asemeja a él".
Sephie, turbada por todo lo que ahora sabe acerca de Llahn, se rebela contra éste. Escapa y trata de llegar en barco hasta Meridian.
Pero Llahn no al dejará escapar con tanta facilidad. Los soldados cadadorios la siguen. Arrojan harpones contra su barco para capturarla. Pero provocan un frenazo demasiado brusco. El barco se detiene bruscamente y Sephie cae por la borda. Los soldados, horrorizados, creen que ha muerto en la caída.
Correo del lector por Lorenzo Díaz:
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