Konstantin y Denbrough están en Australia donde han encontrado un grupo de Gusas exiliadas, a acargo del Almirante George C. Patton, Jefe del Estado Mayor de la Federación de Planetas Federados.
Allí han contactado con el fruto de un experimento genético del papado: tres macutes femeninas que se han unido a ellos por haber sido cruelmente maltratadas por sus aliados Fanhunters (y, suponemos, por el sex appeal que desprende Konstantin).

Killer Dog, tras haber asumido el mando del Papado, se ha parapetado en el Castillo de Montjuïc, Barnacity, desde donde dispara proyectiles tamaño hipopótamo sobre la ciudad porque odia a la humanidad y le da el pronto Milosevic cada cierto tiempo. Killer Dog dispone de algunas tripas de Fanhunters y Macutes, pero espera recibir refuerzos de Australia.

Algo gordo y terrible avanza en distintos frentes desde el espacio y las dimensiones paralelas... Algo relacionado con El Reverso Oscuro de la Pichurrina, una fuerza que te cagas de mala y cuyo modus operandi consiste en sumir a civilizaciones enteras en el tedio, la aparía y el aburrimiento total antes de invadirlas.